sábado, 30 de abril de 2011

Lichtenstein, trabajando en una de sus inconfundibles obras (collage) - Nueva York


Roy Lichtenstein

Beso IV (1964)

Roy Lichtenstein. El éxito rápido, descartable y eterno a al vez…




Desde los años cincuenta digamos que el arte americano ha marcado tendencia en el mundo, sin cuyo análisis es imposible comprender el ritmo actual de los diferentes postulados que enmarcan la era de la tecnología también en lo creativo.
¿Pero como se produjo esa transformación? que hizo para establecer una manera diferente de ver al mundo que ya estaba siendo devorado por el consumismo irrefrenable.
Lichtenstein el icono del PopArt nació en Nueva York en 1923, estudio en la Universidad de Ohio, egresando como Dr. en Arte en 1949. Antes de arribar al mundo del arte trabajo en diferentes proyectos publicitarios y como decorador de vidrieras y dibujante de proyectos de arquitectura.
En primera instancia estuvo cautivado por el expresionismo abstracto pero fue hacia 1962 que se hace eco de los postulados más poderosos de la cultura americana, como las estrellas de Hollywood, los filmes de Cowboy, los dibujos animados de Disney, diseñando una nueva reproducción de los héroes efímeros que poblaban las calles de afiches publicitarios.
En primera instancia nadie podía comprender su mensaje, sin embargo no pasaría mucho tiempo para lograr introducir su particular visión creativa dentro del tan sofisticado mercado del arte americano, después de conquistar a los influyentes críticos, donde lo ubican como poco mas que el artista Pop que había roto con todas las reglas y al igual que Warhol prácticamente eran el plasma, la nueva sangre de un arte que tomaba burdos elementos de la vida cotidiana, para resignificarlos, un arte único, surgido dentro de sus propias fronteras, sin olvidar aquí que sus limites estaban como en la actualidad en constante expansión.
EE.UU. por fin podía entregarle al mundo enmarcado en una obra de arte esa pasión desmesurada por los jugadores de Baseball, o una vistosa góndola de supermercado con sus reconocibles símbolos de los cuales absolutamente nadie puede escapar, o sus miles de afiches luminosos ahora tenían otra manera de verse, Lichtenstein creo los puentes para que la cultura popular americana estableciera el paradigma de una sociedad que le vendía al resto del planeta que podía ser feliz como ningún otro pueblo de la tierra después de una devastadora guerra.
Junto a otros artistas como Tom Wasselman, Claes Oldemburg y el mismo Warhol logro izar las estrellas de su bandera en todos los rincones donde soplara el viento de cambio, en realidad Lichtenstein no creo nada nuevo jamás, solo sometía imágenes de publicaciones populares como los comics, por ejemplo y las dejaba a solas, las quitaba del frenesí de una historieta que se leía de a prisas y se arrojaba luego al tacho de basura, a esas imágenes sin alterarlas les daba la sobriedad y el carácter detallado de inscribirlas bajo las pesadas cadenas de su propio nombre que con el transcurso de los años ya era una marca registrada, tanto que 1967 representara a su país en la Bienal de San Pablo.
Podríamos decir que Lichtenstein es un artista influenciado por los medios de comunicación masivos de entretenimiento y cuyo impersonal talento estaba supeditado lógicamente a ese condicionante.
Su éxito fue abrumador los encargos no le daban respiro, mientras su fama crecía entre la nueva generación de artistas americanos que aun siguen sus pasos aunque claro, hoy en día ya no podemos hablar en materia de arte de una tendencia determinada sino de una fusión que lleva por cierto tenues resabios de ese arte reflejo de la sofisticada publicidad americana.
En 1993 el Museo Guggenheim presentara la primera retrospectiva del artista que en realidad será el inicio del Tours Mundial de la muestra que recorrerá los cinco continentes, ante un publico ávido de descubrir los secretos de un artista que se abrió paso de la nada para encontrar la celebridad haciendo casi nada, a mas de copias…
Hasta su muerte en 1997 casi obsesivamente pintaba sus obras de grandes formatos, con esos colores primarios y chillones propios del bajo costo de las publicaciones de tiradas masivas de los comics, desde donde sacaba su inspiración. Nada le quedo por hacer prácticamente, por su arte pasaron todos los moldes, los signos, la psicología activa con el que son tratados los productos publicitarios, para crear sed de consumo, jugo con las estrategias de mercado, arraso con cada uno de los códigos y hasta se animo a reproducir afiches para la venta del negocio inmobiliario tan poderoso en los EE. UU.
En esa Nueva York devenida en el centro del arte mundial, Lichtenstein de ser considerado el peor pintor de la historia del imperio del norte paso a convertirse en otro de los paradójicos sueños americanos, que todo el mundo ha comprado el del éxito rápido, descartable y eterno a la vez…

jueves, 10 de febrero de 2011



Mamá
Bronce, acero, marmol
La escultura mas célebre de la artista Franco - norteamericana, Louise Bourgeois, una de las tres reproducciones, existentes de un posible de 7 que forma parte de la colección de arte del Museo Guggenheim de Bilbao.

Louise Bourgeois.


Icono del Arte Escultórico Contemporáneo Universal



Nunca, quienes apreciamos el arte podemos fijar nuestra mirada solo a lo que nos rodea, debemos, indagar, examinar, sobrevolar el mundo si se quiere así decirlo en busca de artistas que a través de su obra desencadenan tendencias y se convierten en iconos de su tiempo. Existen pocos artistas contemporáneos capaces de establecer un antes y un después mas aun en el medio egocentrista e individualista en lo cual se han convertido las grandes capitales del mundo. Es el caso de Louise Bourgeois, extraordinaria escultora nacida en Paris el 25 de diciembre de 1911, una mujer que a través de su obra, enmarañada, alegórica, escalofriante y bella, donde nos propone a la vez un canto a la mujer, a la inconsistencia de la condición humana donde la vida no puede ser otra cosa que una construcción que nunca termina; por ello su trabajo se acerca a la matemática, a la arquitectura. Ella afirmaba que no se puede entender al ser humano sin arquitectura, la realidad de este concepto es tan profundo para la artista que la arquitectura pasa de alguna manera a formar parte de su mundo espiritual, lo que se construye y reconstruye tiene un significado simbólico, posee existencia física, por eso afirma que su arte son “metáforas arquitectónicas” en realidad su trabajo es autobiográfico, su obra es ella misma de pies a cabeza representada en símbolos de su existencia mas profunda, son emociones que estallan y que son controladas a través de sus creaciones.
Crecida en un hogar vinculada al arte, pues sus padres se dedicaban a la restauración de tapices, donde no era fácil la convivencia, donde se había perdido el sentido de hogar, de niña llevaba consigo la angustia que le hacia despreciar su pequeño cuerpo, con el transcurso de los años intento exorcizar de su memoria su pasado plagado de dificultades haciendo de su sufrimiento recreaciones tangibles para al mismo tiempo olvidar y destruir, aquello que le había causado tanto daño.
Tras estudiar matemática en la Sorbona, decidió cursar Bellas Artes en la Escuela del Louvre. A los 27 años y ya emigrada a Nueva York presenta su primera serie de esculturas “personajes” atrapada por la nostalgia de Paris y sobretodo por la gente que añoraba desesperadamente; sus manos se crisparon en esas figuras uniéndolas y separándolas así nacieron esas especies de monolitos verticales en los que puede verse la coherencia de su trabajo, su método que de graves circunstancias podía desencadenar en manojos de simples sentimientos, pero sin duda que esos personajes manifestaban un conflicto deliberado entre el desinterés por la forma y lo sensato de las líneas, así abrió a la escultura moderna una nueva dimensión impensable sin el psicoanálisis. Ya a mediados de los años 50 llama a sus esculturas “Lair” o guarida, adoptando formas mas fluidas a la vez que sofisticadas, la estructura repetitiva se convierte en la característica central de su obra. Ya en los 80 da a conocer una nueva forma de “Lair”, presentando instalaciones variables rodeadas de biombos metálicos, una especie de representación onírica, o laberinto, de lo asfixiante que puede resultar habitar cierto lugar, cierto espacio, cierta urbe. En los 90 su obra adquiere otra dimensión pero sin dejar su terrible pasado, les llama “Cells”, instalaciones que parecen ensayos de antiguos recuerdos combinadas en forma circular donde el espectador se siente atrapado por la obra y se ve forzado aunque no quiera a introducirse en esta. Una de sus grandes aportaciones es la “Femme Maison”, que no es otra cosa que un cuerpo de mujer unido a una casa, que representa a la mujer resignada, prisionera de su hogar. En su obra se pueden encontrar un culto a todo tipo de mujeres.
Bourgeois es una de las pocas artistas trascendentales que rompe con el concepto de la figura humana manifestado con acaba perfección, hasta principios del siglo pasado la escultura tomo partido por la belleza ideal e invento ficciones de mármol y de bronce para hacer olvidar la realidad del cuerpo, y el logro de ella fue mostrarlo tal cual, experimentando con cauchos y piedras, tejidos artesanales, resinas, redes, cristales, espejos, todo puede servirle siempre y cuando la obra a realizar lleve implícito el poder del sentimiento, porque en un artista verdadero todos sus temas emanan desde el inconsciente. Es lógico el culto a la belleza, pero las pesadillas y el dolor existen también y no pueden ser dejadas de lado- aseguraba la artista.
Casada con un catedrático de historia del arte, Robert Goldwater y radicada en EE.UU desde 1951, se dedicara a la docencia por largos años, su ascendente carrera artistica la llevara a ser parte del American Academy of Arts and Sciences de Nueva York aunque es reconocida tardíamente en el mundo del arte internacional, alejada de los surrealistas, y dadaístas con una carga de simbolismo innato, solo a principios de los 80 sus esculturas encontraron el espacio idóneo, para ser entendidas, pues es ahí cuando se comienza a valorar el arte realizado por mujeres y por fin el cuerpo humano dejaba de ser un perfecto tabú para ser lo que en verdad es. Su consagración llega en el año 1982 cuando el Museo de Arte Moderno de Nueva York, presenta una impresionante retrospectiva de toda su obra, mas tarde sucederá lo mismo en el Museo de Arte Moderno de la Villa en Paris y Londres, al igual que en el año 1999 deslumbrara en la Bienal de Venecia. Seguirán ya en 2008 repitiéndose sus retrospectivas con más de 200 obras, de todas las épocas de la artista, y aun trabajara hasta sus últimos años respondiendo a proyectos y peticiones que le llegan desde el mundo entero. Fallecerá a la edad de 98 años en Nueva York, con ella desaparecería el máximo exponente de la escultura contemporánea universal. Una frase de la artista la define sin concenciones “Soy existencialista profunda, el arte no trata del arte, sino de la vida”.